La ampliación de la muralla palentina ocasionó que se abrieran nuevas puertas a la vez que fueron desapareciendo las que ya no tenían utilidad, siendo por lo tanto su número cambiante a lo largo del tiempo. Lo mismo pasó con los portillos y postigos más fáciles de abrir o tapiar cuando las circunstancias lo requerían. A pesar de que a veces se usa indistintamente el término de puerta, portillo o postigo, y que en ocasiones cambian de nombre, a continuación se relacionan los accesos conocidos.
Se situaba al Norte de la ciudad, en la actual Plaza de León. De las más antiguas de la ciudad, esta documentada desde 1140, era una de puertas principales donde se recaudaban los arbitrios por entrar en la población. Fue derribada en 1868.
Estaba formada por dos puertas que tenían acceso a distintas calles. La que daba entrada a Eduardo Dato era conocida como Puerta de Santo Toribio. Del siglo XIII, contaba con arco de ingreso levemente apuntado flanqueado por dos altos torreones almenados y un matacán entre ambos. Por su disposición con respecto a la segunda puerta, con la que formaba un ángulo de 90 grados, desde el siglo XVII se la conoció popularmente como La Bizca.
La otra puerta, era la del Emperador, se abría al inicio de la calle Mayor. Construida en el siglo XVII como homenaje a la visita y estancia de Carlos V en la ciudad el siglo anterior, estaba formada por un arco de medio punto con dos torrecillas en su parte superior apoyadas en dos columnas adosadas a la muralla.
Conocida inicialmente como Pan y Agua o Paniagua, antiguo nombre de la Calle Mayor, se abría al final de dicha calle, al Sur de la ciudad, en dirección al Camino Real de Valladolid. Mencionada en 1392, su origen pudiera ser un postigo que comunicase con el barrio de la Puebla. Era una de las tres entradas principales donde se recaudaban los arbitrios y estaba protegida por una torre. A partir de 1529 se la conoció con el nombre de Puerta del Mercado al ser el acceso más beneficiado por la concesión real de un mercado franco.
En 1784 se reemplaza por un arco conmemorativo en honor a Carlos III, obra de Francisco Prieto. Para ello se usan los sillares procedentes del derribo de las ermitas de Santa Isabel y Nuestra Señora de la Consolación. En contra del dictamen de la Real Academia de Bellas Artes fue demolido en 1909. Sus piedras hoy forman parte de los estribos del Puente de Hierro.
Conocida también como del Río, se situaba al Oeste, permitiendo la entrada desde el puente Mayor a la Plazuela del Puente. Se sabe de su existencia al menos desde 1452. Era de las puertas principales de la ciudad, junto con las dos mencionadas anteriormente, en donde se recaudaban los arbitrios. Contaba con relieves referentes a don Diego de Ossorio. Fue derribada a finales del siglo XIX.
En 1509 se gastan 56.000 mrs. en la reparación del puente y la torre que se levantaba en su mitad. La crecida del río en 1583 hace que se desplome el torreón, siendo reconstruido, al igual que el puente, por el arquitecto Celaya. En 1785 el viejo torreón, con la denominado de arco, es derribado. Durante la primera guerra carlista se refuerza la protección del puente.
El cuarto acceso en importancia de la ciudad. Tras la última ampliación de la muralla vino a sustituir a la puerta de Burgos, nombre con el que se la denomina en algunas ocasiones por estar situada al final de dicha calle, tras la iglesia de San Lázaro que le da nombre. Aparece mencionada en las Actas Municipales desde 1437, aunque diez años más tarde fue tapiada. En 1452 estaba abierta de nuevo, tenía torres sobre la puerta.
Se situaba en el lienzo Norte de la primitiva muralla, en la actual calle de Santo Domingo de Guzmán, conocida hasta 1930 como calle del Arco. Aparece mencionada por primera vez en 1302 y por su posición sería una de las puertas más antiguas e importantes de la ciudad pues se encontraba cerca de El Tablado, entonces plaza principal, y al mercado viejo. En 1421 se la cita junto con las tres entradas principales, aunque en la relación de puertas existentes en 1452 ya no se la nombra.
Se situaba en el barrio de su nombre, en la parroquia de San Miguel, situado probablemente al final de la calle Mayor Antigua. En 1447 se pagan 50 mrs. para tapiar la puerta, aunque cinco años más tarde vuelve a estar abierta. Fernando Hortyz en 1514 cobra 10.000 mrs. por realizar "una pontezilla a la puerta de Barrio Medina". En 1597 es cerrada con motivo de la epidemia que asoló la ciudad. A mediados del siglo XVII todavía se encontraba en uso. En el siglo XIX es conocida como puerta del Salitre.
Se encuentra documentada desde 1165, lo que hace suponer que fue una de las primeras puertas de la ciudad. Se situaba en la actual Plaza de Isabel la Católica. Desde ella partía el camino en dirección a la capital burgalesa. Tras la primera ampliación de la muralla probablemente se trasladó a los Cuatro Cantones, para ser posteriormente sustituida por la de San Lázaro al avanzar más al Este la muralla. En 1452 ya no se la menciona.
Aparece citada en el censo perpetuo de 240 maravedis anuales que toma el Arcediano de Carrión en 1441 por la ronda que tiene la ciudad desde la puerta del Cambrón hasta la calle que viene de la puerta de Monzón hasta la puerta del Arco. Podría estar situada en torno a San Pablo.
El final de la actual calle Marqués de Albaida estuvo cerrado por la puerta de San Martín o Puerta Cambronera. La primitiva parroquia de San Martín, convertida posteriormente en ermita, fue demolida en 1620.
Mencionada indistintamente como puerta, portillo o postigo, se abre en el primer tercio del siglo XVII al final de la calle Colón para servir de comunicación con el convento carmelita que se levantaba en el actual parque de Isabel II. A principios del siglo XIX fue tapiada.
Probablemente en el mismo lugar se encontraba anteriormente la puerta de la Corredera, documentada en 1442 y tapiada en 1447 con un costo de 50 maravedís.
En la calle del mismo nombre, se abría un portillo que toma el nombre de Doña María de Mendoza, vinculada al mayorazgo de los Mendoza, familia palentina propietaria de diversos inmuebles en el lugar. Anteriormente, durante el siglo XV, era conocido como postigo de la Pellejería.
Se situaba en el cruce de la calle Mayor con la calle San Bernardo. En él se abría el acceso al barrio de La Puebla conocido como Postigo en la, entonces, calle de La Moneda, en recuerdo de la vieja ceca medieval.
Se conoce su existencia desde 1251. Sin poder indicar con exactitud su emplazamiento, se sabe que se encontraba en la parroquia de San Miguel, en el Barrio Medina. A pesar del nombre, no confundir con la puerta de Barrio Medina, ya que en 1452 se menciona simultáneamente a las dos. A finales del siglo XVI ya no se la mienta, habiendo sido sustituida por el de la Corredera.
Por la posición que ocupaba, al final de la calle Salvino Sierra que baja desde la catedral al río, debió de ser una de las primeras puertas de la ciudad. En el siglo XVII todavía se encontraba en uso. Permitía el acceso al puente más antiguo de la ciudad, el actual "Puentecillas" conocido documentalmente como "las pontesillas", que comunicaba la ciudad con el barrio de Allende el Río y desde el partían diversos caminos a localidades cercanas. Durante la primera de las guerras carlistas fue volado para impedir el acceso a la ciudad, permaneciendo hasta finales del siglo XIX el primer arco reconstruido en madera.
Abierta en la muralla en 1581, al final de la calle Valentín Calderón. Fue una de las puertas menores que solían estar cerradas lo que hacía que al no circular el aire se originasen enfermedades en las calles adyacentes, enfermos que mejoraron tras su apertura debido a la frecuente queja de los vecinos. Se sabe que en 1823 ante la amenaza de las tropas del Cura Merino fue tapiada.
Quadrado hace una referencia a la misma cuando hablando de la muralla dice que "ha seguido la suerte del caserío retrocediendo o avanzando con él... viósela aún en el siglo XVII sobrevivir a los barrios que circundaba allende el río, donde se abría la puerta de San Julián...", lo que parece confirmar la existencia de un recinto independiente al otro lado del río según cree probable Represa. El nombre de la misma podría tomarle de la desaparecida iglesia de San Julián situada en el margen derecho del Carrión.
Una de las antiguas puertas de la primera muralla. Se situaba al Noroeste de la ciudad y comunicaba la zona del Mercado Viejo con la iglesia de Santa Marina la Vieja, situada extramuros. También se la denominaba Puerta de la Carcavilla, del Río y de las Orejas, nombre que derivó popularmente a puerta de las Ovejas. Delante de esta puerta se abría la plaza del Estudio.
En 1452 se encontraba en uso. Seguramente se corresponde con la puerta de Mal Consejo que aparece documentada en 1252.
Desde 1330 se sabe de su existencia. Fue una de las puertas de la primera muralla, situada en el cruce de las calles Antonio Maura con Barrio y Mier. Tras la ampliación de la cerca dejó de tener utilidad y desapareció, no apareciendo ya entre las existentes en 1452. Fué conocida también como puerta del Hoyo.
Llamado así por estar junto a la antigua plaza de toros, se abre en 1855 para facilitar el acceso a la plaza de Abilio Calderón, que habrá de esperar a 1864 para tener comunicación con la actual Plaza de Abastos. Desde 1848 ocupaba el actual edificio de Bigar Centro una plaza de toros de madera y en el mismo emplazamiento se construye desde 1855 una de piedra aprovechando para ello el rebaje de las murallas entre las puertas de San Juan y San Lázaro.
Situada al oeste de la población, entre los puentes Mayor y Puentecillas, en la zona que hoy conserva ese nombre. Fue una de las puertas menores. Se sabe que se encontraba en uso en 1452. Cerrada en 1597 con motivo de la epidemia que asoló la ciudad, en el siglo XVII aún continuaba abierta.