En el año 1487 el Concejo de Añoza presenta una querella contra el escudero Fernando de Peñalosa, vecino de Abastillas, que está construyendo una casa fuerte en la localidad en contra de las ordenanzas y del privilegio de behetría que tienen por el que no puede residir ningún hidalgo en la población.
El condestable de Castilla Pedro Fernández de Velasco, comisiona a Juan Lopez de Covarrubias para que realice las pesquisas oportunas.
Fernando de Peñalosa es hijo de Gabriel de Peñalosa que a su vez tiene pleitos por las casas fuertes de la Abastas y Villalcón.
Ya aparece mencionada la localidad como "Anebza" en el documento de donación que realiza doña Urraca al monasterio de Sahagún de varias heredades en este lugar y el cercano de Abastas en diciembre de 1046.
A mediados del siglo XIV es lugar de behetría de Juan Alfonso de Alburquerque, al que dan anualmente 600 maravedís por yantar. Tiene por naturales a los Lara, Vizcaya Girones, Cisneros, Guzmanes, Castañeda y Sarmiento a los que dan 6 maravedís anualmente a cada uno. Pagan 384 maravedís de martiniega de los que recibe 320 el rey, 48 el señor y 16 los que recaudan los derechos reales. También pagan al rey servicios y monedas, 6 maravedís al merino del rey de entrada y 12 de yantareja al adelantado.
Con 104 vecinos pecheros aparece la población en el censo de 1528, mientras que en el de 1591 disminuyen a 91 vecinos, de los que 86 son pecheros y 5 pertenecen al clero secular, aunque dos años antes según datos eclesiásticos pertenece al arciprestazgo de Cisneros y cuenta con 50 vecinos y dos iglesias.
En 1631 figura con 67 vecinos, que es como se contabilizan los 281 habitantes que tiene el lugar, de los que 216 son mayores de 10 años. También dispone de 4 cabezas de ganado mayor y 1.132 de menor. Solicitan 53 fanegas de sal para el consumo anual.
El vecindario se reduce en 1712 a 17,5 vecinos, al considerarse como tales los 16 vecinos pecheros, una viuda contada como medio vecino y un pobre. No se incluye como tal a una mujer mendicante.
A mediados del siglo XVIII la villa es de realengo, aunque el marqués de Prado recibe las alcabalas que se recaudan. La población la forman 70 vecinos entre los que se incluyen 5 eclesiásticos, mientras que el caserío se componen de 58 casas habitables y 8 arruinadas de las que sólo queda el solar, además de una casa que se utiliza como carnicería, 4 paneras, 3 pajares, el hospital de Ntra. Señora del Valle, 50 bodegas y 5 lagares.
El hospital además de atender a los pobres que pasan por la localidad, se utiliza para celebrar las juntas del concejo y las funciones, misas y otros actos de la cofradía. También cuenta la localidad con taberna, mesón, abacería, carnicería y 3 panaderos.
Aparece en 1768 como lugar de la provincia de Toro, corregimiento de Carrión y obispado de León, con 227 habitantes de los que 130 son hombres y 97 mujeres. Se tiene conocimiento de que tres años más tarde existen 4 cofradías en la localidad, que celebran 8 fiestas anuales con un gasto de 10.171 reales de vellón.
Aumenta ligeramente la población en el año 1787 hasta los 237 habitantes, entre los que por ocupaciones hay 24 jornaleros, 22 labradores, 12 criados, 3 estudiantes y 1 escribano además de 2 hidalgos, 1 cura, 3 beneficiados y 1 sacristán.
En 1828 se indica la existencia de 134 habitantes, 40 vecinos, que se reduce a 37 vecinos en 1843, y en 1850 a 35, 182 almas, con un caserío formado por 42 casas. Aumentan a 219 habitantes y 53 casas en 1874, y tres años más tarde la población de derecho la forman 119 hombres y 115 mujeres, para un total de 234 personas.
La iglesia parroquial de Santa María es del siglo XVI y está construida en ladrillo. En su interior tiene una escultura gótica del siglo XIV de Cristo en la Cruz, un retablo renacentista del XVI y varios barrocos. También cuenta con dos barrios de bodegas tradicionales excavadas en tierra.