Castillos de Palencia
Espinosa de Villagonzalo
Iglesia de Santa Cecilia

El Rey Alfonso VIII dona en el año 1174 la localidad de "Spinosa", situada en el alfoz de Abia de las Torres, entre las desaparecidas Villa Gonzalo y Castromalo, a la Orden de San Juan de Jerusalén, pasando a depender de la bailía de Población de Campos, a la que tenía que pagar anualmente el Concejo 8 cargas y 7 cuartos de pan, mitad de trigo y mitad de cebada.

Además cada vecino con huebra entera (tierra de labor que araba un par de bueyes en un día) pagaba tres cántaros de mosto, tres celemines de pan y 2 reales de vellón, reduciéndose a la mitad si era media huebra. Los vecinos sin tierras contribuían con tres azumbres de mosto por cada familia, o la mitad si eran viudos.

En el Becerro de los Beneficios de la catedral de Palencia, fechado en 1345, se estiman unos ingresos de 20 maravedís para Espinosa, mientras que a "Villa Gonçalo", le corresponden 40 en concepto de diezmos.

A mediados de siglo el Becerro de las Behetrías informa que la localidad sigue perteneciendo a la Orden de San Juan a quien dan media fanega de trigo, medio carnero y cuatro cántaras y media de mosto el que tiene un par de bueyes, y el que sólo tiene un buey, la mitad.

Restos de la muralla

También, están obligados a realizar seis sernas anuales con los bueyes, y por cada hogar pagan ocho dineros al castillo de Abia. Asimismo, son derechos del rey la martiniega, por la que recibe 540 maravedís, además de los tributos en concepto de servicios, monedas y fonsadera.

Tras la Guerra de las Comunidades, el hecho de haber apoyado al levantamiento comunero les supuso una fuerte sanción económica, en forma de contribución de guerra, de 200 ducados de oro.

El Censo de Pecheros de 1528, indica la cifra de 122 vecinos pecheros, que pagan 31.200 maravedís en concepto de servicio. Posteriormente, el censo Eclesiástico de 1589 refleja 146 vecinos, mientras que en 1591 se señalan 161, de los que 152 son pecheros y 9 pertenecen al Clero Secular.

En 1712 el vecindario está formado por 51 vecinos, 4 viudas consideradas como 2 vecinos, 4 pobres y un hidalgo.

A mediados del siglo XVIII, la Orden de San Juan cobraba en concepto de humazgo tres azumbres de vino por cada hogar, así como tres celemines y medio de trigo y dos reales por cada yunta de bueyes o mulas. La martiniega, por un importe de 15 reales, la percibía la marquesa de Villena y Aguilar. Contaba la localidad con 145 casas habitables, además de 8 inhabitables, ocupadas por 131 vecinos y 10 viudas.

Iglesia de Santa Cecilia

El Censo de Aranda, del año 1768, indica una población de 618 personas, 320 varones y 298 mujeres, además de otras 4 que pertenece al Real servicio y 1 a la Real hacienda. La iglesia está atendida por 7 beneficiados, 1 sacristán, 1 organista y 3 monaguillos.

Diecinueve años después, la villa aparece incluida en el partido de Nueve Villas, en la intendencia de Palencia, con la misma población total aunque formada por 313 hombres y 305 mujeres. Por ocupación se distribuyen entre 80 jornaleros, 32 labradores, 20 artesanos, 6 beneficiados, 5 criados, 3 estudiantes y 1 escribano, 1 teniente de cura y 1 sacristán, mientras el resto no tiene una profesión específica o son menores de edad.

Varias indicaciones durante el siglo XIX permiten seguir la evolución de la población. Así, en 1828 figura en el partido de Carrión, con 150 vecinos, 700 habitantes. Poco después, en 1843, el número de vecinos desciende a 97, de los que únicamente 79 son electores. Pascual Madoz, en 1850, indica una población de 80 vecinos, 416 almas, y la existencia de 140 casas. Por último, en 1874, se señala la existencia de 720 vecinos y 159 casas, además de 10 cuevas y 2 molinos.

Crucero

La población estuvo amurallada permaneciendo vestigios de sus muros todavía a mediados del siglo XIX, fecha en que aún se conservaba el nombre de sus puertas, según informan Sebastián Miñano y Pascual Madoz.

El trazado de la antigua muralla transcurría por detrás de la iglesia de Santa Cecilia, siguiendo la calle Postigo por el Este y Sur hasta enlazar con la calle Real que cerraba la cerca por el Oeste, dando como resultado una forma de ovalo irregular.

Al Noreste, enfrente del número 17 de la calle Postigo, se conservan los muros de tapial de una casa que, según aseguran los vecinos, formaban parte de la antigua muralla. Están bastante alterados debido a que se han abierto varias ventanas y reparado con adobe y otros materiales.

La iglesia parroquial esta dedicada a Santa Cecilia. Se conoce su existencia desde finales del siglo XI, aunque de fecha posterior es su magnífica portada gótica de arco conopial. Resaltar también el bello crucero gótico del siglo XV que se conserva en la plaza.